Todo empezó con una pregunta simple
¿Por qué la información financiera parece diseñada para confundir? En 2019, tras años viendo cómo profesionales competentes se bloqueaban ante informes económicos, decidimos hacer algo al respecto.
Empezamos con talleres presenciales en Valencia. Cinco personas en una sala, dos horas intentando traducir balances a lenguaje humano. Funcionó mejor de lo esperado. Para 2021 ya teníamos lista de espera.
Ahora trabajamos tanto presencial como online, pero la filosofía sigue igual: nada de jerga innecesaria, ejemplos reales, y tiempo suficiente para que cada concepto tenga sentido. Los datos financieros no tienen por qué ser intimidantes cuando alguien te los explica como a una persona normal.